Decora tu habitación bajo el estilo ecléctico que tanto se lleva

Un dormitorio ecléctico es aquel que no se ha decorado siguiendo las pautas estrictas de ningún estilo decorativo en concreto sino que se han cogido pinceladas de diferentes estilos y modas para crear una imagen única y muy personal.

Ecléctico no puede de ningún modo ser sinónimo de descuidado o de caótico, sino que todo debe de combinarse muy bien para que encajen unas cosas con las otras y se consiga un conjunto equilibrado y con gran personalidad. Lograr puntos comunes dentro de cada estilo utilizado para que todo cobre sentido es la clave y te contamos cómo lograrlo con mayor facilidad.

La paleta de colores: no tengas miedo de mezclar.

Una de las claves a la hora de decorar es tener en cuenta la paleta de colores. Debes de elegir un elemento principal en la habitación, que normalmente va a ser la colcha, y a partir de ahí comenzar a decorar escogiendo estos tonos y sin exceder los dos o tres colores principales.

 

Esto quiere decir que puede haber algún tono a mayores secundario, pero que los principales deben de repetirse siempre en cortinas, alfombras, cojines, etc. De esta manera se conseguirá un resultado mucho más equilibrado y agradable.

Aunque no te debes de pasar en el número de colores tampoco es bueno quedarse corto ya que el estilo ecléctico se caracteriza por lograr un arco iris de colores muy bien combinado, por lo que no debes de limitarte a un solo tono a no ser que estemos hablando del blanco. Una habitación con todo rosa o con todo azul se verá recargada siempre, aunque no tenga demasiadas cosas. Además, será aburrida y no tendrá ese aire rebelde de una decoración ecléctica.

El tono de fondo de la habitación

Si vas a jugar con colores en la decoración tienes que tener mucho cuidado con el tono que eliges para las paredes. Se recomienda que se use un color neutro que no cobre demasiado protagonismo y que de luz, pero a la vez sea cálido. El beige, el tono perla o los colores pastel son las mejores opciones para conseguir un color de fondo en la habitación que no impida jugar con las tonalidades elegidas para la decoración.

Fuente Pinterest

No olvides que el elemento principal con el que vamos a jugar es la colcha o la funda nórdica y por eso es buena cosa que el fondo de la misma haga un guiño al color de fondo de la pared, lo que consigue que tengamos ya un equilibrio de inicio. Por ejemplo, una colcha con un estampado de flores de gran tamaño pero con un fondo beige igual al de la pared.

Encajada esta primera pieza del puzzle tocaría elegir las cortinas, que pueden ser del mismo tono de fondo que la pared y la colcha y con un dibujo que entre en la gama de colores del estampado de la colcha. Y así podríamos seguir jugando con las combinaciones buscando, por ejemplo, una alfombra de pelo en color liso y del tono principal del estampado de la colcha.

Si además jugamos con los estilos, con una colcha muy vintage, una alfombra ultramoderna y unas cortinas clásicas ya estaremos aportando una gran dosis de personalidad a la estancia.

Los materiales y texturas

Igual que jugamos con los colores debemos de hacerlo con los materiales y las texturas. Es frecuente que ahora que se lleva un material concreto como es la madera, haya personas que caigan en la tentación de poner suelos de madera, forrar las paredes con madera y colocar falsas vigas de madera en el techo. El cabecero y el armario también en madera así como los muebles auxiliares.

Esto no es propio de un estilo ecléctico, en el que se deben de combinar diferentes materiales son suelo de madera, una pared forrada de piedra y el techo de pintura blanca, por poner algunos ejemplos.

En el siguiente ejemplo podemos ver una silla con las patas de hierro, el suelo de madera, varios muebles de madera restaurados y textiles de diferentes estilos como los que puedes encontrar en nuestra tienda online.

Fuente Pinterest

Evita recargar el ambiente

Una de las ventajas de tener un dormitorio con una decoración ecléctica es la posibilidad de poder incorporar todo tipo de cosas que se puedan ir adquiriendo con el paso del tiempo que tengan algo en común con el resto de lo que tenemos en el cuarto, pero eso no quiere decir que la habitación pueda llegar a parecer un mercadillo.

Al más puro estilo Marie Kondo hay que saber decir adiós a ciertas cosas cuando llegan al hogar otras que nos gustan más. De otro modo se acabará cayendo en un ambiente recargado y muy poco atractivo que hará que parezca que en lugar de decorar la habitación te has limitado a comprar lo primero que has visto en cada tienda y dejarlo por ahí.

Cuando entres en el dormitorio este se debe de ver despejado, con espacios libres y no puede producir una sensación de agobio o de desorden. Muchas veces, es complicado para nosotros mismos darnos cuenta de cuándo hemos caído en los excesos pero seguro que puedes recurrir a la visión sensata de alguna amistad que te diga qué sensación le produce la habitación para saber si ha llegado la hora de hacer cambios. A veces un elemento de los escogidos tiene tanto peso que debemos evitar escoger otros elementos con tanta fuerza.